viernes, 12 de agosto de 2011

Destino Guayaquil: "Construïm drets amb canya"

Somos seis las personas que nos decidimos a embarcarnos en esta aventura con el propósito de saber cómo se vive la pobreza de primera mano. Y movidos por un sentimiento de rabia ante las injusticias, poder aprehender qué podríamos hacer para convertir este mundo en una tierra sin hambre ni sufrimiento.
Ya llegamos a Guayaquil, tanto tiempo planeando este viaje, tantos meses organizando actividades y ahora ya estamos acá. La primera impresión que tuvimos fue de contraste entre las zonas cercanas al aeropuerto y el barrio donde estamos viviendo, Hogar de Nazaret.
El olor en determinadas zonas hace difícil que podamos respirar normalmente, la polución debido al gran número de vehículos antiguos de alta contaminación, la carne cruda y el pescado colgados bajo el calor sofocante en los puestecitos de los mercados, el agua estancada y llena de basura, hace que entendamos porqué es tan fácil contraer enfermedades.


Personas que viven con uno o dos litros de agua al día (para beber, cocinar, ducharse, limpiar…) sin un sistema de canalización ni de agua corriente ni de aguas residuales.
Estamos en temporada seca. Acá cuando llueve todo se inunda al no haber alcantarillas que se lleven el agua y al haberse eliminado la vegetación para invadir los terrenos.

Niños limpiabotas, niñas vendiendo chicles y botellas de agua, muchas personas con discapacidad; todas ellas en la calle pidiendo limosna. Pero su mano no pide solo limosna pide también esperanza, y su esperanza también pasa en parte por nosotros, por creer y querer que un cambio no es sólo posible sino necesario e inevitable.



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