lunes, 30 de agosto de 2010

¿Cómo se hace una casa?






Receta: Una casa de Hogar de Cristo

Ingredientes:
Una familia que necesite una vivienda
Un Armador
Un buen puñado de Voluntarios con ganas (no importa que sean arquitectos o no, pero sí ayuda mucho)
9 pilares
9 paredes de caña
Placas de tejado
Un sinfín de tablas y clavos
Muchos kilos de arroz y muchos litros de agua
Tiempo de preparación: Entre 5 y 6 horas

Preparación:



Por lo general el proceso comienza cuando una familia acude a la sede de Hogar de Cristo en Atarazanas para pedir una vivienda. Estas viviendas que se producen allí mismo, con madera y caña tienen un precio estimado de 900 euros. A la familia, generalmente a la madre la entrevistan los trabajadores sociales de Hogar de Cristo para preguntarle por su situación e ingresos, por el número de personas que habitan en su hogar y por las edades que comprenden. Después se hace una visita al lugar donde viven para comprobar el estado de su casa, si los ingresos son más o menos los que declaran y si la necesitan de verdad o no. En función de todo esto, Hogar de Cristo les financia la casa y se la regala al 100%, al 80%, 50%, al 20% o 0% y el resto corre de cuenta de la familia. Si no la necesitan no se les concede, porque muchas son las peticiones y no tanta la producción. De cualquier manera en los últimos 40 años, Hogar de Cristo ha entregado más de 400.000 viviendas en Guayaquil y la costa ecuatoriana, aunque hay que decir que a una misma familia le pueden haber tocado varias. Y es que la gran pega de las casas de caña es que de media, con cuidados, duran unos nueve años.

Una vez asignada la familia, está indicará el solar donde se va a construir. Puede que en ella haya una vivienda previa, en cuyo caso, habrá que desarmarla por completo (unas dos horas). De cualquier manera, por lo general la familia ya habrá desalojado completamente la vivienda o en algunos casos, algunos vecinos le habrán ayudado a desmontar la vivienda antes de que los voluntarios lleguen. En ese caso, con cinco horas es suficiente



.
Teniendo el solar, lo más importante es el armador. El armador es un trabajador freelance sentado en los bancos de la entrada de Atarazanas al que se le contrata por un día para hacer la casa. Cobran al día, y casi todos llevan miles de casas hechas, por tanto son garantía de que la casa se hará correctamente. Todos destacan por su físico, ágiles y fuertes, trepan por las tablas con más seguridad que un gato.




Cuando se llega allí, por lo general después de un largo viaje, los voluntarios deben cavar nueve pozos de un metro de profundidad donde el armador les indique. Allí irán largos palos que serán los nueve pilares de la casa que irá elevada a casi dos metros de altura sobre el nivel del suelo. Esto permite que en zonas de inundación en invierno, no salga la casa flotando, y en zonas más secas que la familia pueda después cerrar con bloques de hormigón toda la parte de abajo y asi tener dos plantas. Hay que tener en cuenta que la casa en sí tiene 25 m2 y una separación interna en dos habitaciones. Cuando con los sacabocaos se abren los nueve agujeros, se entierran los pilares que se unen por tablas horizontales creando la primera estructura. Aquí varios voluntarios deberán trepar y con cuidado y martillos clavar decenas de tablas para conformar el suelo de la vivienda. En la actualidad los suelos son de tablas, pero próximamente se harán de conglomerado. Una vez fijado el suelo, se elevan las 9 paredes, necesitando bastante personal tanto debajo, como en la primera planta para subirlas y clavarlas allí. Colocadas las ocho paredes exteriores y la interior, vuelve a haber otra colocación de vigas horizontales donde el armador debe trepar a más de cinco metros sobre el nivel del suelo y clavar la madera que fijara el techo. Con el techo terminado ya solo queda clavar las tres ventanas y la puerta y tenemos la casa terminada.




Por lo general, en este proceso, los voluntarios traen la comida y la dueña de la casa se encarga de terminarla y se deja solo el tejado y las puertas para después de comer y para las 16-17 ya tenemos una pequeña casita para entrar a vivir en ese mismo momento.




Los voluntarios de Viviendas para los Sin Techo vamos a hacer en este viaje cuatro viviendas de este tipo.

4 comentarios:

  1. Reseña en el periódico de Guayaquil:

    http://www.diario-expreso.com/ediciones/2010/09/02/guayaquil/religiones/quince-jovenes-espanoles-levantan-casas-para-pobres/

    ResponderEliminar
  2. Hola conozco a alguien que está buscando una casa para una familia necesitada por favor comuníquense con ella a:
    be_saldana@hotmail.com

    ResponderEliminar
  3. Faltó algo en esta receta, las especies que le dan sazón y el saborcito especial. Y serían los niños del barrio que llegan todos a ayudar y a robarle tiempo a los voluntarios para un minuto de juegos, de vueltas y de cosquillas. Así el plato final queda servido con aún más sonrisas y alegrías. Como dicen "guatita llena, corazón contento".

    ResponderEliminar
  4. Yo nesesito hogar vivo en guayaquil ciudad de Dios via a daule nesecito ayuda para vivir en un ogar bajo techo con mi familia

    ResponderEliminar