lunes, 6 de febrero de 2012

Conociendo la sierra de Ecuador

La pobreza tiene mil formas de manifestarse y de vivirse. En Ecuador, la realidad de los barrios degradados de la costa, muy poco tiene que ver con la realidad de los barrios marginales y periféricos de la sierra.

Históricamente, Viviendas para los Sin Techo ha desarrollado sus proyectos de cooperación en la costa, concretamente en las zonas urbano-marginales de Guayaquil. Extensiones y extensiones de
precarias casas que se pierden en el horizonte, en las que resulta casi imposible cuantificar los millones de almas que vivirán hacinadas en ese espacio que parece infinito.
En los últimos meses, Viviendas para los Sin Techo ha comenzado a trabajar en la sierra, en los barrios más necesitados de la periferia de Quito. Para ello, se ha puesto en contacto con organizaciones sin ánimo de lucro que desarrollan su labor en estas zonas, con la intención de ampliar su radio de actuación y dar respuesta a necesidades distintas a las de la costa.

El sábado pasado, voluntarios de Viviendas para los Sin Techo participaron en una de las jornadas de construcción organizadas por Somos Ecuador, para conocer de primera mano cómo trabaja esta fundación y qué carencias presentan los barrios en los que llevan a cabo su acción.Una de esas organizaciones es la Fundación Somos Ecuador, creada y dirigida por jóvenes quiteños comprometidos con el desarrollo y la implementación de procesos integrales que promuevan el derecho al hábitat y la vivienda, desde el punto de vista de la equidad, la sustentabilidad y la responsabilidad ciudadana.
La jornada de voluntariado se desarrolló en el sector de la Pisulí, al norte de Quito. Un barrio popular en el que el municipio interviene a duras penas, marcado por un ambiente de violencia y pobreza, y donde no han llegado servicios básicos como el asfaltado o el alumbrado.
La sesión de trabajo del sábado consistió en dos tareas duras y pesadas que requirieron del esfuerzo de 20 voluntarios. El grupo construyó un muro de contención a base de sacos de arena cosidos, para evitar el derrumbe de una de las casas del barrio. La vivienda se levanta cerca de una loma, que con el paso del tiempo y el corrimiento de tierras a causa de las fuertes lluvias, ha ido cediendo y ganando terreno a la casa, que ahora corre el riesgo de quebrarse y caerse loma abajo.
Los voluntarios llenaron de arena cerca de 300 sacos, los cosieron y los fueron colocando con cuidado, con ayuda de arquitectos de Somos Ecuador, en la pendiente, creando una barrera que impida el deslave. Ahora, la señora Inés puede vivir más tranquilamente en su casa, sin miedo a que se venga abajo.
El segundo de los trabajos que tuvieron lugar el sábado fue el desescombro y limpieza del patio interior de una vivienda del mismo barrio. El objetivo era preparar la casa para una futura intervención, que consistirá en la construcción de una habitación más y una cuarto de baño, del cual la casa carece.
Marina y Selo son los propietarios de esta vivienda. Son una pareja de ancianos que no puede hacer frente a mantenimiento de su hogar y que no ha tenido acceso a los bonos de ayuda estatal, por lo que Somos Ecuador, tras estudiar su caso, decidió intervenir en su vivienda para hacerla más habitable.
Así pues, desde Viviendas para los Sin Techo hemos comprobado que estos pequeños microproyectos pueden ayudar no sólo a hacer más cómoda la vida de unas cuantas familias, sino también contribuir a crear en el barrio un hábitat más confortable para todos. Por ello, ya hay trazados futuros proyectos de intervención en espacios públicos, como parques, de la Pisulí y otros sectores similares, de manera que a través de la dignidad del espacio habitable, se mejore la calidad de vida y las ganas de salir adelante de aquellas familias a las que siempre se les ha negado una oportunidad.

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